El entrenamiento en el agua, es equiparable al ejercicio terrestre, en algunos aspectos como es el gasto calórico, se ha comprobado que, ante la misma intensidad de ejercicio, el gasto en el agua es superior en 1-2 Kcal/min (Darby y Yaekle, 2000). Éste mayor gasto, influye en la mejora significativa de la capacidad aeróbica, solicitando mayor cantidad de oxigeno, que ha de distribuir el sistema vascular, para potenciar las células musculares como respuesta de ese ejercicio, mejorando las funciones del corazón y los pulmones.
Las ventajas que ofrece este tipo de entrenamiento sobre las prácticas en seco son: hipogravidez, presión hidrostática, resistencia al movimiento, aumento de la intensidad del ejercicio, equilibrio muscular y la facilitación de la termorregulación.
Hipogravidez:
El entrenamiento acuático disminuye la sensación del peso corporal (90%) y del impacto y tensiones sobre las articulaciones. Implica sesiones más duraderas y frecuentes, sin miedo a lesiones, favorece la relajación de la musculatura, facilita los movimientos y propicia un mayor radio de acción en las articulaciones y de la movilidad en general, con la percepción de bienestar y la pertinente mejora psicológica.
Presión hidrostática:
Al estar el cuerpo sumergido, produce una ligera presión sobre la superficie corporal, provoca una respuesta mayor del sistema vascular periférico. Esta presión puede generar una cierta molestia respiratoria, pero da lugar a una mejora de los músculos respiratorios (intercostales, diafragmáticos y abdominales) y aumenta la capacidad ventilatoria. La flotabilidad obtenida ayuda a moverse sin necesidad ayudas externas (personas con limitaciones físicas), favoreciendo el aumento de la autoestima. En el procesos de lesiones, se estabilizan las articulaciones inestables, favorece los trabajos de propiocepción y mejora la circulación de retorno, disminuye los edemas (muy valorado en el tratamiento o prevención de las varices o de la flebitis). Se genera un mayor aporte sanguíneo también hacia los órganos internos, los procesos de recuperación comienzan antes, disminuye los productos de desecho, acelera los procesos adaptativos y de súper-compensación, y evita las sensaciones de pesadez y de sobrecarga muscular.
Equilibrio muscular:
La hipogravidez unida a la resistencia homogénea, que existe alrededor del cuerpo, para generar un movimiento deben trabajar los músculos agonistas (en la ida del movimiento) y los antagonistas (en la vuelta), creando un trabajo equilibrado de los pares musculares, que en el medio terrestre no ocurre. De esta forma, con el entrenamiento asiduo en actividades en el acuático, no sólo se conseguirán mejoras aeróbicas, aumento de consumo calórico y una marcada tonificación muscular, sino que además, se conseguirá aumentar el grosor de las fibras musculares situadas en el tronco y en los miembros superiores e inferiores.
Resistencia al movimiento:
El cuerpo humano al tener escasa hidrodinámica, obliga a las moléculas del agua a fluir y circular alrededor de él, desviándolas de su trayectoria original. todo esto provoca flujos de frenado y de succión que dificultan la movilidad en el medio acuático, junto a la viscosidad es 12 veces mayor, se convierte en un excelente lugar para el desarrollo de la resistencia y para la tonificación muscular (Sova, 1993), acentuando este efecto en toda la sesión de ejercicios. Un sector que se ve favorecido de estas características, es el de personas con osteoporosis avanzada, la resistencia al movimiento, facilita la deposición de calcio y evita los impactos perjudiciales que puede producir el medio terrestre.
La termorregulación:
No existe la sensación de sudor, aunque hay perdida de agua y deshidratación corporal, la disipación del calor corporal es mayor, de 20 a 25 veces (Case 2001), puede producir hiper o hipotermia, pero en un entorno controlado, como entre 26-28 grados del agua de la piscina, favorece el equilibrio térmico al realizar ejercicios.
Otra gran diferencia a destacar es el tipo de respiración, en el entrenamiento terrestre se realiza nariz/boca de forma involuntaria. En medio acuático se realiza la respiración forzada boca/boca, se buscan realizar periodos de apnea entre respiraciones, que ayuda a la flotabilidad, incrementando los mecanismos internos y por consiguiente la mejora pulmonar.
Las ventajas en el medio terrestre las podemos resumir en la siguientes:
- Velocidad de ejecución del movimiento más elevada. Lo cual puede provocar la aparición de movimientos bruscos en articulaciones más sensibles.
- Mayor control de las acciones motrices. Es más fácil el manejo del cuerpo en seco. Así acciones como correr, saltar, cambiar de dirección se realizan sin apenas dificultad.
- Resistencia dada por la gravedad o por los implementos a utilizar.
- Impacto en articulaciones. Principalmente rodillas y tobillos.
- Mayor riesgo ante una lesión muscular o articular.
- Posibles caídas y como resultado de ello se puede producir la lesión.
- Personas con patologías moderadas o severas encuentran más dificultad para la realización de la actividad.
- Personas con sobrepeso o problemas osteo-articulares tienen muchos problemas para la realización de actividades en seco. Tanto los desplazamientos como los ejercicios realizados en suelo.
- En personas sedentarias y poco activas la adaptación al ritmo de trabajo idóneo hace pasar por un estado de agujetas. Este estado es incómodo y doloroso.
- Al realizar cualquier movimiento aparece el incómodo sudor que ejerce de termorregulador al organismo excitado por el aumento de la actividad física.
Las ventajas en el medio acuático las podemos resumir en la siguientes:
- Velocidad de ejecución bajo el agua mucho más lenta. Producto de la resistencia dada por el agua.
- Menor control de las acciones motrices. Ello muy en contra de pensar que en un handicap, resulta ser un aliciente para la práctica deportiva. Ya que al ser un medio más inestable provoca diversión y placer.
- Medio ingrávido. Resistencia dada al ejercitarse en el agua.
- No existe prácticamente impacto. Esto es debido al estado de flotación.
- Escaso o nulo riesgo de lesión.
- En el caso de caerse, se produce una amortiguación del cuerpo dada por el agua.
- Actividades adaptables a todo tipo de patologías.
- Todas las personas al flotar más, sienten menos la sensación de la gravedad con su alivio correspondiente.
- No se producen agujetas o no son graves.
- Existe también la aparición del sudor, pero al estar en el medio acuático el practicante no es consciente de ello. Sudar sin la molesta sensación de transpiración.

Teniendo encuentra todas estas características, queda claro, son dos prácticas deportivas muy diferentes, una más orientada a ejercicios de fuerza (terrestre) y la otra a ejercicios de resistencia (acuática). El gaste calórico es parecido, menor en las prácticas en seco, pero se alcanzan niveles mayores de velocidad y más control de acciones motrices. El medio acuático es más favorable para personas con características especiales, con menor movilidad, sobrepeso, obesos, embarazadas, mayores, discapacidad y con disfunciones diferentes. Las ejecución es más factible, segura y agradable, evita lesiones y pueden alcanzar mayor rango de movilidad, al actuar los principios generales del agua sobre el cuerpo, consiguiendo una mejora significativa en la condición física y mental.
